Dossier 7: El alma racional. Conocimiento, inteligencia y voluntad.

Génesis y proceso del conocimiento intelectual según Aristóteles

Según Aristóteles, todo conocimiento comienza en los sentidos, pero las imágenes sensibles por sí solas no son adecuadas para el conocimiento. El intelecto agente es lo que universaliza y abstrae esas imágenes, permitiendo el conocimiento intelectual. El resultado de este proceso es la especie impresa, una forma inmaterial. El conocimiento verdadero se logra en el entendimiento paciente o posible, que está en potencia de conocer. La vida intelectiva es una característica distintiva del ser humano, que le permite conocer no solo las formas concretas, sino también las abstractas.

En qué consiste conocer

Conocer implica la capacidad de trascenderse a uno mismo, acceder al mundo que nos rodea, comprenderlo y poseerlo de manera inmaterial. Esto permite no solo conocer las formas corpóreas de las cosas, sino también sus esencias abstractas. El conocimiento es la adecuación del intelecto con la realidad y permite la reflexión, la mezcla y la unión de conceptos.

Características del conocimiento intelectual

El conocimiento intelectual se caracteriza por su inmaterialidad, reflexividad y espiritualidad. Es inmaterial porque opera mediante la abstracción y permite conocer las esencias de las cosas. Es reflexivo porque el ser humano puede reflexionar sobre su propio conocimiento. Es espiritual porque trasciende la materia y permite la vida espiritual del individuo.

El conocimiento como LUZ

El conocimiento se asemeja a la luz, ya que ilumina los objetos para que podamos comprenderlos. Esta luz no modifica el objeto, pero lo hace accesible para nuestra comprensión. Permite que el objeto se vuelva inmaterial en nuestra mente y nos trae la realidad.

El conocimiento como INTERACCIÓN

El conocimiento es un proceso complejo y activo en el que el individuo se relaciona con el mundo que lo rodea. No es un acto puramente individual, sino que también está mediado socialmente por las personas, culturas e instituciones que forman su entorno vital.

La voluntad, potencia del obrar

La voluntad es la potencia del obrar y se deriva del conocimiento intelectual. Es el apetito elicitado, cuyo acto implica la posesión intelectual de una forma abstracta valiosa. La voluntad es una facultad intelectual y su objeto es el “bien en general”. Busca todo lo que se considera bueno o valioso y apetece aquello que la inteligencia le muestra como un bien, es decir, como un fin.